En mi camino, desde jóven, la interpretación ha sido una parte de mí. Siempre en busca de proyectos interesantes para mantener el ritmo y la pasión por esta increíble profesión.
Mi sangre y mi cultura son totalmente internacionales. Viví la mayoría de mi vida en Barcelona. De adolescente tuve la suerte de estudiar el Bachillerato de Artes Escénicas en Granés Batxillerat, y, después de eso, los Estudios Superiores de Arte Dramático en Eòlia. La vida me dio muchas oportunidades de trabajo con gente fascinante y me regaló profesores increíbles. Fue entonces cuando actué en lo que para mí hasta hoy en día es mi mejor interpretación en el escenario: La Promesa del Alba, escrita y dirigida por Natasha Rymkevich.
Tengo dos pasiones: una es la interpretación, la otra son los videojuegos. Yo sabía que de algún modo podía juntarlas y empecé mi carrera de doblaje, lo que me hace feliz hasta el día de hoy.